A las 47.110 visitas de este precioso año! Gracias

Dedicado a Gorka Valencia, pura humildad

De ser

soy agua

arroyo que fluye

entre raíces

río que transita entre montañas

delta que se funde con el mar…

 

De ser

soy el aire que anima mi flauta

oxígeno transpirado por las hojas

de las plantas

la bisa refrescada por la nieve

el elemento

que rellena el espacio intermedio

siendo ese algo fundamental

suspendido en la nada

sin barreras…

 

De ser

soy la vibración de la piel del tambor

que mis manos fabricaron en Villa el Salvador

de un tronco de palma

animado por el conocimiento de alguien

dispuesto a compartirlo

de ser

soy sus ondas

el trance que anima

las almas bailando a su son

sea quien sea que lo toque!…

 

De ser

soy la tierra

que incontables seres sin orgullo

traen a la vida

origen de toda fertilidad

árboles, arbustos,

plantas, flores, hongos, raíces,

lombrices, mariquitas, microorganismos,

otoños, invierno,

primaveras, veranos

el Bosque Habitado…

 

De ser soy mar infinito

océano en calma

profundidades sísmicas

eterna belleza

conectado con los cielos…

 

De ser soy un micrófono

una antena

una sola pluma del ala de una sola ave

ramas alzadas al cielo

flores que se entregan

rocas que se forman

estrellas que siguen ciclos de vida…

 

De ser soy el mordisco de una manzana

siete veces por semana

el hueso de una ciruela

las semillas de la pera

una sección de la piel de una naranja

una castaña asada

una viga soportando una cabaña

que se derrumba…

 

De ser soy el rayo de sol

que se cuela entre las ramas

que accede por las ventanas

y se abre paso al corazón

soy la cámara con la que lo fotografío

 

De ser soy una sola nube

que dura un segundo y se transforma

la neblina

o una brizna

o un buda sentado y sonriente

la llama a punto de extinguirse de una vela…

 

De ser soy la verde emoción de un helecho

su llama otoñal

un arbusto

musgo humedecido

musgo seco

liquen

un arbusto

una enredadera

biodiversidad…

 

De ser soy una abeja

que poliniza

muriéndose de pesticidas

pez todavía por descubrir

sol que atardece

como un delfín

en Lima

en el espíritu de Angel

nos acabamos de conocer

y ya somos hermanxs

Me habla de la selva

de algunas tradiciones

todo cambia en mí

como en la susodicha nube…

 

De ser soy planta curativa,

planta sagrada,

planta trascendental,

planta enteógena,

planta nutritiva,

planta antioxidante,

planta embriagadora…

 

de ser

soy musgo que abraza la roca

hongo que cura la tierra

gota de lluvia llamada

por el bosque

 

Si hay árboles

hay lluvia

plantar en vez de cortar…

 

De ser…

de ser…

de ser

NO SOY

El pase de diapositivas requiere JavaScript.

 

P.d: estrellas que forman materia

rocas que son minerales

forman los pilares fundamentales

de lo que entendemos como vida

y aún andamos preguntándonos

si todo eso está vivo

 

 

 

«Los 7 huertos» por el chamán Ignacio Abella

«El hombre es un dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona»

 

Prefacio

Siete huertos arborescentes para vivir jardines diversos, vivos y hermosos… Decía el agricultor y filósofo Masanobu Fukuoka que el ser humano, en su relación con el entorno, actúa como un loco que sube al tejado a arreglar una gotera y en su atolondramiento, la arregla o no, pero crea unas cuantas más. Ante una plaga, buscamos rápidamente algo qué hacer en vez de pensar qué hicimos mal. Contaminamos con CO2 y buscamos como almacenar el CO2 en vez de dejar de contaminar. Y es que el no hacer, el dejar de hacer o actuar lo mínimo, no forman parte de nuestro sistema productivo. En nuestra absurda y frenética civilización, hacer siempre genera negocio y productividad, incluso podemos salvar el mundo reforestando, creando nuevas empresas u organizaciones… pero hay un modo más simple de transformar el mundo de manera profunda y simbiótica, y es tocarlo lo menos posible, como quien lo acaricia. Es cierto, nunca serás un héroe ni un dignatario, no “llegarás muy lejos”, pero encontrarás placeres y entendimientos que aquí hemos resumido en siete huertos arborescentes, siete formas de entender el huerto y el jardín, siete modos de vivir en la Tierra y de la tierra. Cada día te sentirás inmensamente rico en muchos aspectos, cuando pruebes como hace el mirlo, una frambuesa de la propia mata, con toda la intensidad de su aroma, o cuando compruebes que la tierra que acaricias es cada año un poco más viva y más fértil y el jardín más hermoso. Pero todo esto debe quedar entre nosotros, si descubren que los calabacines no cotizan a hacienda y que el huerto es un revolucionario sistema de liberación social, económica y política, terminarán haciendo una ley de control de hortelanos, vagos y maleantes y poniendo un impuesto a la felicidad.

Prefacio a los siete jardines de Ignacio Abella

El primer jardín

El huerto comienza con la plantación del seto; esa piel y abrigo, que nos protege y nos conecta con el mundo circundante. El alfabeto básico de las especies de árboles y arbustos propias de la región, compone este anillo que es en sí mismo germen de nuestros bosques y paisajes. Los pájaros y el viento se encargarán de diseminar y repoblar como ocurre en la naturaleza. En muy poco tiempo, este simple seto habrá atraído una ingente cantidad de pájaros y animales cada vez más diversos que a partir de aquí van a formar parte del sistema inmunitario de este jardín, controlando las plagas y ayudando a que adentro y afuera, el bosque pueda estar aquí, de algún modo presente.

El primer jardín de Ignacio Abella

El segundo jardín

El segundo huerto es el jardín nocturno, de noche suceden tantas cosas que es difícil imaginar si uno no se asoma de cuando en cuando para sorprender las visitas del erizo que mastica ruidosamente una babosa, el canto de la cigarra y el grillo, los paseos nocturnos del sapo o las mariposas nocturnas que vienen a libar en todas aquellas flores que se abren cuando termina el día. La bouvardia exhala un aroma indescriptible, sus efluvios comienzan a notarse especialmente al anochecer e inunda el huerto con su perfume dulce e intenso. Tambien la brugmansia, la juliana y el alhelí, los hedychium, la saponaria… todas ellas y muchas otras son flores nocturnas que despiertan al llegar la noche y conforman un universo paralelo capaz de colmar los sentidos del jardinero insomne. Y ¿qué decir de las luciérnagas? Ellas cumplen una función inestimable comiendo los caracoles, pero su peor enemigo, después de los productos químicos, claro está; es precisamente la luz, que las eclipsa impidiendo que los machos puedan encontrar la llamada lumínica amorosa de las hembras. Para las luciérnagas, un huerto iluminado tiene efectos anticonceptivos, quizá por ello estos gusanos de luz son cada día más raros.

El segundo jardín de Ignacio Abella

El tercer jardín

El tercer jardín es el huerto inmediato, es metro y minuto 0, el centro del mundo. El que planta un huerto nunca desea estar en ningún otro lado porque ya ha llegado. Volvemos a citar a Fukuoka que decía en su “Revolución de una brizna de paja”: “Hay justamente 0.1 Ha de tierra arable por cada persona en Japón. Si a cada individuo se le diese 0.l Ha., esto es 0.5 Ha para una familia de cinco personas, esta superficie sería más que suficiente para mantener una familia durante todo el año. Si se practicase la agricultura natural, un agricultor tendría también tiempo más que suficiente para el descanso y actividades sociales dentro de la comunidad de la aldea. Yo creo que éste es el camino más directo para hacer de este país una tierra feliz”. Efectivamente si un país superpoblado como Japón puede lograrlo, Europa tiene en este aspecto muchas más posibilidades. Un par de plantas de calabacín dan suficientes calabacines para todo el verano y una horticultura arborescente, que aprovecha el espacio plantando árboles y cultivando trepadoras como las judías verdes, ocupa muy poco espacio y logra rendimientos asombrosos. En realidad el cultivo de lo cercano y lo inmediato nos permite vivir con coherencia y dignidad. Nuestra civilización se ha permitido el lujo de asfaltar y pavimentar los mejores campos de cultivo y abandonar el mundo rural, los montes y los paisajes de los que vivían nuestros abuelos. Pero esto es un espejismo del todo insostenible. Podemos durante un tiempo y gracias al petróleo, explotar la Tierra en países lejanos y traer productos exóticos a bajos precios. Sin embargo el colapso de este sistema es seguro y cuando descubramos como han hecho otras civilizaciones, que los recursos se han agotado, encontraremos de nuevo la verdadera riqueza que está en la tierra. En esa pequeña capa de humus que el bosque, el jardín y el huerto atesoran. Esta Tierra viva es la que nos da de comer, a ti y a mí, al paisano y al ciudadano. En este espacio que es una delgadísima piel del planeta, debería medirse la prima de riesgo y la sostenibilidad y riqueza de un país. Cuando empezamos a comprender este concepto tan solo queda vivirlo. En este jardín arborescente uno se siente vivo y despierto y rico en frutos y verduras que crecen casi solas. Estos últimos años, estamos aprendiendo que al borde del Cantábrico incluso podemos cultivar caiguas y aguacates y descubrir otras mil plantas de aroma y perfume, de condimento y alimento, útiles y ornamentales… que no solo de pan vive el humano.

El tercer jardín de Ignacio Abella

El cuarto jardín

El cuarto jardín es el huerto del pensamiento y el espíritu donde los jardineros se convierten en filósofos, artistas, poetas… Es la arboleda de Academo donde se fundó la primera academia, el jardín de Epicuro y los jardines de deleite del mundo islámico y romano, los jardines de Babilonia y los oasis en el desierto, los paisajes culturados… En su «Historia de dos jardines», Octavio Paz cuenta muy bien la esencia de este cuarto jardín que es siempre mucho más diverso que biodiverso: Yo era niño y el jardín se parecía a mi abuelo. Trepaba por sus rodillas vegetales sin saber que lo habían condenado. El jardín lo sabía: esperaba su destrucción como el sentenciado el hacha. La higuera era la diosa, la Madre. zumbar de insectos coléricos, los sordos tambores de la sangre, el sol y su martillo, el verde abrazo de innumerables brazos. La incisión del tronco: el mundo se entreabrió. Yo creí que había visto a la muerte: la otra cara del ser, la vacía, el fijo resplandor sin atributos. (…) Los pinos me enseñaron a hablar solo. En aquel jardín aprendí a despedirme. Después no hubo jardines. (…) Oí un rumor verdinegro brotar del centro de la noche: el nim. El cielo, con todas sus joyas bárbaras, sobre sus hombros. El calor era una mano inmensa que se cerraba, se oía el jadeo de las raíces, la dilatación del espacio, el desmoronamiento del año. El árbol no cedía. Grande como el monumento a la paciencia, justo como la balanza que pesa la gota de rocío, el grano de luz, el instante. Entre sus brazos cabían muchas lunas Casa de las ardillas, mesón de los mirlos. La fuerza es fidelidad, el poder acatamiento: nadie acaba en sí mismo, un todo es cada uno en otro todo, en otro uno. El otro está en el uno, el uno es otro: somos constelaciones. El nim, enorme, sabía ser pequeño. A sus pies supe que estaba vivo, supe que morir es ensancharse, negarse es crecer. Aprendí, en la fraternidad de los árboles, a reconciliarme, no conmigo: con lo que levanta, me sostiene, me deja caer. Me crucé con una muchacha. Sus ojos: el pacto del sol de verano con el sol de otoño. Partidaria de acróbatas, astrónomos, camelleros. Yo de fareros, lógicos, sadúes. Nuestros cuerpos se hablaron, se juntaron y se fueron. Nosotros nos fuimos con ellos. Era el monzón. Cielos de yerba machacada y el viento en armas por las encrucijadas...

El cuarto jardín de Ignacio Abella

El quinto jardín

El quinto jardín es el jardín de la amistad. Cultivando un pequeño huerto no es preciso gastar dinero. Es el huerto del de – crecimiento, decrecemos en ansiedades y crecemos en sensibilidades y amigos con los que cambiamos conocimientos, semillas, plantas y frutos. No es lo que hacemos, es lo que no hacemos o dejamos de hacer lo que cambia realmente el mundo y hace un entorno mejor. Al final, la amistad se extiende no solo a los compadres y comadres, a los congéneres… sino a los coterráneos en general con los que compartimos territorios. El águila ratonera tiene un territorio inmenso que comprende nuestro pequeño vergel y otros muchos campos y bosquetes. No hace mucho la sorprendimos comiendose una babosa en mitad de este huerto… seguramente porque no había mucho más que llevarse a la boca ese día. El pequeño petirrojo en cambio apenas se asienta y defiende nuestro pequeño jardín cuyas fronteras coinciden casi exactamente con las de su diminuto reino. ¡Pero hay que ver como lo defiende de otros petirrojos intrusos¡¡ Y sin embargo se convertirá durante nuestros quehaceres jardineros en un fiel seguidor y durante las grandes nevadas vendrá a visitarnos, acercándose descaradamente para reclamar un poco de comida. Por la noche la lechuza que anida en el campanario cercano tiene aquí su territorio que se solapa con el del cárabo… y así vivimos en un mundo interelacionado, interdependiente, interterritorial y apenas somos simbiontes de un paisaje diverso y múltiple en el que merece la pena vivir, siempre que sepamos cómo.

El quinto jardín de Ignacio Abella

El sexto jardín

El sexto es el jardín con raíces, utiliza las variedades locales y bebe en las fuentes de sabiduría del propio lugar y aunque continuamente innovemos y probemos nuevos cultivos y formas de hacer, es bueno acordarse siempre del sentido común y los consejos de nuestros vecinos. Caminando por el pueblo escuché al vuelo una conversación que refleja muy bien el sino de nuestro tiempo. Una abuela hablaba con el vecino, un joven de la casa de al lado. No sé de qué planta hablaban pero la abuela decía: – Hay que preguntar cuándo se planta. – Eso se mira en internet-, respondió el muchacho categórico; ignorando que en cada región, en cada aldea, incluso en cada parcela, las fechas de plantación se adecúan a microclimas y condiciones específicas que forman parte de ese compendio de sabiduría tradicional que se transmite de boca a oreja. Ese hilo de conocimiento tiene siglos de longitud y abarca no solo temas campesinos y hortelanos sino la propia historia, la forma de vivir y educar en relación con la sociedad y el paisaje que vivimos. Los caseros vascos sembraban el maíz a una señal del castaño. Observaban el brote de las hojas y cuando tenían el tamaño de la oreja de un ratón, empezaban la siembra. Por mucho que crezcamos en otras direcciones, el huerto nos ayuda a tener siempre los pies en la tierra y enraizar profunda y constantemente.

El sexto jardín de Ignacio Abella

El séptimo jardín

“…ser uno con todo lo viviente, volver en un feliz olvido de sí mismo, al todo de la naturaleza. A menudo alcanzo esa cumbre… pero un momento de reflexión basta para despeñarme de ella. (…) Ojala no hubiera ido nunca a vuestras escuelas, pues en ellas es donde me volví tan razonable, donde aprendí a diferenciarme de manera fundamental de lo que me rodea; ahora estoy aislado entre la hermosura del mundo, he sido así expulsado del jardín de la naturaleza, donde crecía y florecía, y me agosto al sol del mediodía. ¡Oh, sí! El hombre es un dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona.”(Hölderlin, 1770 – 1843) El 7º huerto es el jardín de la unidad en el que el hortelano empieza a sentirse parte en vez de dueño y se encuentra inmerso en las lunas y los ciclos, en los procesos de una naturaleza que nada sabe de adjetivos y simplemente es. Es a partir de aquí donde empieza el juego apasionante de la vida, en el punto donde dejamos de distinguir y aprendemos a entender las infinitas relaciones y entendimientos entre todos los seres que formamos parte.

 

 

 

El séptimo jardín de Ignacio Abella

 

Fuente: http://7huertos.blogspot.fi/
Caudal: http://www.rtve.es/alacarta/audios/el-bosque-habitado/bosque-habitado-huertos-flor-cordoba-hay-mas-provecho-23-04-17/3991038/

Optimismo

Si eres pesimista

crees que no hay nada que se pueda hacer

y entonces no lo haces.

 

Si eres optimista

sientes que hay algo que se puede hacer

y entonces vas y lo haces.

 

Pesimismo es quedarse parado

optimismo es intentarlo.

 

Ese es el poder del pensamiento

y su fuerza para afectar la realidad.

 


Sencilla forma de expresar el poder del pensamiento en mi programa de radio de referencia: El bosque habitado de Radio 3. Si sientes dentro de ti la llamada de la naturaleza (y has de sentirla en mayor o menor medida porque está en ti), si te sientes dormido y necesitas conectar con gente y sus emociones para despertar, si necesitas ideas y el impulso de cambiarte para comenzar a cambiar el mundo… este es tu programa. Puede escuchar todos sus episodios online en este enlace -> http://www.rtve.es/alacarta/audios/el-bosque-habitado/


Koyaanisqatsi (película de 1982) – https://www.youtube.com/watch?v=i4MXPIpj5sA

De la lengua Hopi

  1. Vida loca 
  2. Vivir en confusión
  3. Vivir sin armonía
  4. La vida que se desintegra
  5. Un modo de vida que clama por un cambio en sí mismo

1098114_10154432417938761_3947195033132211986_n-1

Natural

Es una hoja comida por algún insecto con colores y marcas del otoño tanto en el color como en la textura,mimetizada de una manera preciosa con una roca sobre la que se apoya. Y en ese proceso, el árbol, está siguiendo un ciclo vital, las deja ir sin ego, cerrando los ojos, echándose a dormir.

Natural

Texto completo:

Natural

– – – – – –

Cuando tomé esta fotografía la semana pasada, mis manos estaban heladas. Había estado ya sobre una hora tomando fotografías entre el espacio que separa mi casa y el puente a Wattkast, la distancia puede ser de 500 metros, pero si en vez de la carretera vas por la costa mola más pero es más complicado y al mismo tiempo es un no poder parar de fotografiar. Mar, rocas, troncos, raíces, un árbol con la nieve detrás, troncos… Me ponía los guantes como veinte segundos diciéndome «ahora sí, te estás un minuto con ellos puestos» y a los diez segundos los tenía quitados otra vez haciendo fotos para tener un buen control de mi cámara (soy un amateur, amo lo que hago, hay profesionales que también son amateur).

Pero no tenía nada de frío, iba con suficiente ropa y había salido un día despejado, el sol no calienta mucho, tampoco poco, pero mola mucho tener su luz reflejada en el mar, en la nieve… y eso de alguna manera, también calienta :) Y en esa situación tomé esta fotografía que ya sabía que sería buena si conseguía darle un aspecto natural (a veces es muy complicado, la cámara capta las cosas de manera muy diferente a la vista). Es una hoja comida por algún insecto con colores y marcas del otoño tanto en el color como en la textura,mimetizada de una manera preciosa con una roca sobre la que se apoya. Y en ese proceso, el árbol, está siguiendo un ciclo vital, las deja ir sin ego, cerrando los ojos, echándose a dormir. Estoy viviendo aquí, no quiero transmitir cómo se ve este lugar, cuál es su aspecto, me gustaría ser capaz de expresar qué significa para mí, una persona cualquiera que viene de «fuera», vivir aquí. Porque la naturaleza (y nosotrxs somos naturaleza) es tan bonita en todo lugar en el que es NATURAL… y estoy comenzando a sentirme natural. Comenzando. :)

Bienvenidxs!

Mi facebook: https://www.facebook.com/aaron.blanco.165

Que estamos de paso es la única verdad, no vas a cambiar el mundo siendo un clon entre clones: https://juaninacka.bandcamp.com/track/zeitgeist

Me planto, nos plantamos

Dedicado a Aroa, con cariño.

¡Que comencemos el día cantando como los pájaros!
¡Que cada cual encuentre su canto!
¡Que cante!
¡Que cantemos!
¡Que cantemos por cantar!

Me planto, te digo yo que me planto
que soy una semilla
y que me planto,
¡me planto!
nos plantamos…
nos cuidamos
germinamos
tronco, ramas, raíces
redes, abrazos, susurros,
savia, energía,
sol, agua,
vida…
hongos
rocas
líquenes
olas
luces
familia
pájaros…
que cantemos por cantar
como los pájaros
que encontremos nuestra canción
y cantemos
que nuestro ser
sea el producto de un canto, de un trino
que alegremos la vida de las personas
con nuestro canto, cantando
arte como canto, como voz,
arte como canción
como oración.

alegrar los corazones
de los demás
(que son nosotros)
no es ni utopía
en esta sociedad…

entonces, ¿qué hacer?
plantar
entender que lo que das son semillas
crecer y plantar
ir con el flujo anual
descansar y
después crecer y
después plantar y
después prepararse para descansar…
plantarnos,
nos plantamos,
¡¿te plantas?!

P.d: Me encantaría que alguien se hiciera un rap con esta canción :D
P.d2: ¡Segunda llamada! Lean las etiquetas debajo del poema.