Carne cruda que alimenta

Preferimos comer su carne cruda

que vuestros menús de tonto solemne.

 

Carne cruda ha de ser,

porque hacéis de esta realidad algo crudo,

cada día lo demostráis más.

 

Preferíamos dejar que nos hincase el diente

ese suculentérrimo bistec poco hecho,

que vuestros filetes de carne rancia y seca.

Porque lo crudo significa no pasado,

significa la realidad tal como es,

contar las cosas como son,

sin meter en el mismo plato que el mensaje

contenido ideológico como pretendéis.

 

La cruda realidad saltaba

de las ondas sonoras a nuestros cerebros

como chorrea las camisas blancas recién planchadas

el entrecot sangrante de cuarto de kilo

al hincarle el tenedor

en vuestros restaurantes de ricos babosos.

 

¡Ni con un buen vino son pasables

los alimentos para el cerebro que

vosotros, sarnosos, hipócritas

nos ofrecéis!

 

No tenéis vergüenza,

por eso os llamamos sinvergüenzas.

No tenéis piedad,

por eso os gritamos impíos.

No aceptáis las críticas,

por eso os insultamos: ¡CENSURADORES!

Además de mentirosos, claro está.

 

Con vosotros hacer periodismo crítico

se convierte en una profesión de alto riesgo.

 

¡Por Carne Cruda,

por la libertad de pensamiento,

por el buen periodismo crítico,

por la cultura profunda,

por las sonrisas,

por el buen hacer,

por la humildad,

por la honestidad,

y para sacaros los colores,

POR EL INSULTISMO!

 

Nuestro apoyo desde aquí

a todo ese maravilloso elenco técnico

que habéis trabajado con bondad

y dispuestos a no dejaros achicar.

¡Gracias!

Ofendidos y liberados... ¡a mí!